La cuestión de cómo está afectando el cambio climático al hielo de las regiones polares es uno de los debates medioambientales más importantes de la actualidad. El satélite CryoSat-2, que se lanzará al espacio el 25 de febrero, pretende aportar respuestas monitorizando con precisión los cambios en el espesor de las capas de hielo que cubren las regiones polares y del hielo que flota en los océanos.
La misión CryoSat-2 se puso en marcha en Febrero de 2006, tras la pérdida del CryoSat original en Octubre de 2005 debido a un fallo en el lanzador. Los objetivos de la misión continúan siendo los mismos – medir el espesor de las capas de hielo y del hielo marino con
gran precisión para poder generar datos concluyentes sobre la tasa de disminución de la cubierta de hielo del planeta, lo que nos permitirá comprender mejor la relación entre el cambio climático y el volumen de hielo en la Tierra. CryoSat-2 se lanzará el próximo 25 de Febrero de 2010.
Si bien existe un consenso general sobre el hecho del calentamiento de la atmósfera terrestre, y aunque el impacto del cambio climático está siendo mayor en las regiones polares, resulta extremadamente difícil predecir los efectos concretos que tendrá el calentamiento global sobre la cubierta de hielo de la Tierra. Por una parte, el hielo que flota sobre el océano Ártico ha alcanzado récords históricos en su disminución estival, tanto de extensión como de concentración. En la Antártida se han separado grandes icebergs y la barrera de hielo Larsen se ha desintegrado. Sin embargo, por otra parte, varios barcos han quedado atrapados durante semanas en una banquisa antártica especialmente densa.
Desde una altitud de tan sólo 700 Km y sobrevolando latitudes de hasta 88°, CryoSat-2 será capaz de monitorizar con precisión los cambios en el espesor de las capas de hielo y del hielo marino. Las observaciones realizadas durante los tres años de duración de la misión proporcionarán datos concluyentes sobre la tasa a la que está disminuyendo la cubierta de hielo del planeta.
Fundamentalmente, hay dos tipos de hielo polar – el hielo que flota en los océanos y el hielo que cubre la tierra. Estos dos tipos de hielo no sólo tienen diferentes consecuencias para nuestro planeta y para nuestro clima, sino que también plantean retos diferentes a la hora de medir su espesor desde el espacio.
Espesor de pocos metros en el mar
El hielo marino es relativamente fino ya que puede alcanzar unos pocos metros de espesor; pero afecta a la regulación de la temperatura regional y a la circulación de las corrientes oceánicas, y como consecuencia, al clima de la Tierra. CryoSat-2 medirá el espesor del hielo marino con gran precisión para poder analizar sus variaciones anuales.
En contraste, las capas de hielo que cubren la Antártida y Groenlandia alcanzan varios kilómetros de espesor. La expansión o la contracción de estas masas de hielo tiene una influencia directa en el nivel del mar. El gran espesor de estas capas de hielo se medirá determinando la altura de su superficie con la precisión suficiente para poder detectar pequeños cambios.
Para superar todos los retos que plantea la medición del espesor del hielo, CryoSat-2 lleva un sofisticado altímetro radar conocido como SIRAL (Altímetro de Interferometría Radar SAR). Está basado en la experiencia de instrumentos similares, pero incorpora mejoras significativas diseñadas para superar las dificultades intrínsecas a la medición de la cubierta de hielo del planeta.
Edición: José Fernández / Foto: Agencia Espacial Europea