El pasado 17 de febrero se presentó el Boeing 787-10 Dreamliner, el tercer miembro de la familia Dreamliner, en un acto desarrollado en la fábrica que el fabricante tiene en Charleston, en el estado de Carolina del Sur. La ceremonia contó con la presencia del presidente Donald Trump y de varios miles de empleados.
«Lo que está sucediendo en la planta de Boeing en Carolina del Sur es una verdadera historia de éxito», dijo Dennis Muilenburg, presidente y CEO de Boeing. «En tan sólo unos pocos años, nuestro equipo ha transformado un espacio despoblado en una moderna planta de producción aeroespacial que ofrece aviones 787 a aerolíneas de todo el mundo y apoya miles de empleos en los Estados Unidos».
El 787-10, construido exclusivamente en Charleston, empieza ahora el proceso para efectuar el primer vuelo las próximas semanas.
El cliente de lanzamiento del modelo es Singapore Airlines. Las primeras entregas se prevén para 2018 y, por ahora, el 787-10 ha recogido 149 pedidos de nueve clientes.
El 787-10, el modelo más grande de la familia Dreamliner, podrá incrementar las rutas sin escalas que ahora cubren los 787-8 y 787-9. La nueva versión es 5,5 metros más largo que el 787-9 y se le adjudica un ahorro de combustible un 10% menor que el modelo equivalente de la competencia.
Desde que entró en servicio en 2011 el Dreamliner ha transportado en todo el mundo a 140 millones de personas.