El fabricante canadiense Bombardier anunció ayer que ha acordado la venta de la marca De Havilland y el programa de aviones Q Series, cuyo producto más relevante es el turbohélice Dash 8. El comprador, Longview Aviation Capital Corporation, de quien depende la empresa canadiense Viking Air, desembolsará 300 millones de dólares.
También vende a CAE los activos dedicados a la formación de pilotos y mecánicos vinculados su división de aviones de negocios, a la vez que monetiza royalties por valor de unos 800 millones de dólares. La previsión es que el proceso de vente finalice durante el segundo semestre de 2019, para lo cual Bombardier debe obtener la aprobación de las autoridades regulatorias. El fabricante explicó en un comunicado que estas ventas deben reportarle unos ingresos netos de unos 900 millones de dólares.
En junio de 2016 Bombardier ya vendió a Viking Air el programa del hidroavión CL-215, CL-215T y CL-415. Con anterioridad, en 2006, también le vendió el programa del pequeño bimotor turbohélice Twin Otter, que volvió a fabricar tras diversas mejoras técnicas.
Con estas operaciones, el fabricante canadiense aligera su presencia en la producción de aviones comerciales – retiene por ahora el programa del CRJ-, para centrarse en los aviones de negocios, el transporte ferroviario y la fabricación de aeroestructuras. Todo ello, con la finalidad de «racionalizar la estructura» de la empresa y mejorar su productividad.
Bombardier ajustará el tamaño de su equipo de ingeniería aeronáutica y lo redistribuirá. Los miembros clave se redistribuirán en las áreas de aviones de negocios, para garantizar las habilidades necesarias para desarrollar futuros programas.
5.000 empleados menos
A medio plazo, prevé crear una nueva Oficina de Tecnologías Punta, que se centrará en el diseño de ingeniería de sistemas, tanto para los programas aeronáuticos como los ferroviarios.
En general, estos esfuerzos darán como resultado una reducción de aproximadamente 5.000 puestos de trabajo en toda la compañía durante los próximos 12 a 18 meses, lo que resultará en un ahorro anual de aproximadamente 250 millones de dólares cuando finalice la reducción de plantilla, lo cual se prevé para 2021.