El fabricante europeo de aviones turbohélice ATR solo entregó 10 aviones en 2020 y recibió tres pedidos netos (seis en bruto). Además, vendió cuatro aviones de segunda mano. Este año prevé entregar 20 aviones nuevos y obtener la certificación del ATR 42-600S de despegue y aterrizaje corto. En 2019 ATR entregó 68 aviones y recibió 48 pedidos.
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en un comuniado, ATR explica que a pesar de las condiciones de mercado sin precedentes a causa de la pandemia de Covid-19, diez nuevos operadores comenzaron a operar sus aviones con los que abrieron 84 nuevas rutas. Otro hito destacado ha sido el inicio de las entregas del ATR 72-600F, la versión de carga, cuyo cliente de lanzamiento es FedEx.
Si bien los viajes aéreos aún se encuentran en sus primeras fases de recuperación, ATR tiene un plan claro y viable para superar los desafíos actuales al continuar siendo pioneros en soluciones sostenibles y de vanguardia para la conectividad regional.
El plan de recuperación de ATR incluye:
1.- La implementación de mejoras en la familia de aeronaves, para mejorar la eficiencia operativa y reducir los costos de mantenimiento a través de actualizaciones del sistema y aviónica de última generación, manteniendo la ventaja competitiva y ambiental que ofrece a sus clientes.
2.- Tras la entrega el pasado mes de diciembre del primer carguero nuevo construido especialmente para FedEx, ATR está bien posicionado para beneficiarse en el mercado de carga en el nivel anterior a la crisis sanitaria del Covid.
3.- La variante de despegue y aterrizaje cortos del ATR 42-600 abrirá un abanico de oportunidades en aeropuertos con pistas de aterrizaje entre 800 y 1.000 metros.
4.- En los próximos años será necesario reemplazar alrededor de 900 turbohélice regionales envejecidos, y un avión más sostenible, rentable y moderno como el ATR puede garantizar la rentabilidad para sus operadores.
Stefano Bortoli, CEO de ATR, declaró: «2020 ha sido un año desafiante para la industria de viajes y no veremos una mejora hasta finales del año en curso. Sin embargo, la conectividad vital que los viajes aéreos regionales han ofrecido durante la crisis, ha hecho que el ATR sea más atractivo para Europa y América del Norte, mientras que los turbohélices siguen siendo la mejor opción para varias regiones desatendidas, donde la infraestructura terrestre es deficiente, en Asia. América Latina y África».