Tras un exhaustivo análisis del mercado, ATR ha decidido suspender el desarrollo y certificación de la variante 42-600S pensada para operar en pequeñas pistas de 800 metros de longitud. El fabricante se centrará por tanto en impulsar la competitividad de su actual cartera de productos.
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La variante de despegue y aterrizaje cortos (STOL), el ATR 42-600S, lo anunció el fabricante europeo en junio de 2017. El proyecto languidecía desde hace tiempo ya que pocas noticas han trascendido de este modelo. Dos años después se informó que Air Tahití sería el cliente de lanzamiento y en mayo de 2022 se anunció que el prototipo había efectuado su primer vuelo, matizando que e aparato estaba «parcialmente configurado» para despegar en pistas de solo 800 metros.
Ahora, ATR justifica el abandono del proyecto en «la dinámica cambiante del mercado» y, también, en el análisis exhaustivo de las condiciones del mercado, los avances tecnológicos y las proyecciones futuras, que revelan «un mercado potencial reducido para la variante en comparación con el pronóstico inicial».
En otro párrafo del comunicado de ATR se explica que en el «sudeste asiático, por ejemplo, el número de aeropuertos objetivo que requieren aviones con capacidad STOL ha disminuido significativamente, principalmente debido a las extensiones de pistas o la construcción de aeropuertos alternativos cercanos», En contrapaetida, estas circunstancias ponen de relieve «que nuestra línea de productos actual puede operar a plena capacidad».
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El fabricante anuncia que centrará sus esfuerzos en mejorar «la respuesta a las demandas de los mercados emergentes de manera más eficaz. Esto incluye una mayor penetración en América del Norte, donde el fabricante busca reemplazar las flotas obsoletas de aviones regionales e impulsar las conexiones regionales punto a punto».