Lo consiguió. El avión gigantesco y liviano avión experimental Solar Impulse, pilotado por André Borschberg, ha permanecido en el aire más de 26 horas y 9 minutos, con lo cual ha completado el primer vuelo nocturno de un avión propulsado por energía solar, es decir, sin contaminar el medio ambiente.
Es, por tanto, un hito histórico que supone un paso decisivo para realizar el gran objetivo del proyecto: construir otro avión similar con el que realizar en 2012 la vuelta al mundo en diferentes etapas, utilizando siempre la energía solar que captan las células fotovoltaicas que lleva el avión adosadas en sus alas y que recargan las baterías. En un lejano horizonte está la posibilidad de conseguir el vuelo perpetuo.
El Solar Impulse lleva 12.000 células, tiene una envergadura de 63 metros, su peso es similar al de un vehículo y sus baterías pesan 400 kilogramos. Está equipado con cuatro motores eléctricos que entregan 40 caballos de potencia unitaria.
El avión despegó ayer a las 6 horas 51 minutos de Payerne (Suiza) y durante las horas de luz solar sus baterías se fueron cargando. Alcanzó una altura máxima de 8.564 metros, para descender durante al noche a los 1.500 metros. La velocidad máxima alcanzada ha sido de 126 kilómetros por hora y la velocidad media de 43 Km/h.
«Hace 40 años que soy piloto, pero este vuelo ha sido el más increíble de mi carrera! Observar como aumentaba el nivel de energía en pleno vuelo ha sido fantástico. No sabíamos si podríamos estar toda la noche en vuelo y ha sido una gran felicidad ver el sol salir e imaginar la energía circular de nuevo por los paneles solares», exclamó con emoción el piloto tras el vuelo.
El vuelo se ha podido seguir en directo por internet a través de la web del proyecto, en muy buenas condiciones, pues se han podido visionar imágenes aéreas desde un helicóptero, del cockpit del piloto, de la sala de control, a la vez que se escuchaban perfectamente las conversaciones por radio.
Texto y edición: JFG / Fotos: Solar Impulse