Los ingenieros de Boeing presentaron recientemente un nuevo modelo de avión no tripulado impulsado por hidrógeno, capaz de permanecer en vuelo a 20.000 metros de altura durante un máximo de 4 días sin repostar. El prototipo, denominado Phantom Eye, no destaca especialmente por un diseño elegante, pero sí por su eficiencia en vuelo lo que garantiza un importante ahorro en combustible, siendo su único subproducto el agua, lo que lo convierte en una de las aeronaves más respetables con el medio ambiente de su clase.
Este tipo de aeronaves, abre un potencial nuevo mercado encaminado a tareas de recopilación de datos y comunicaciones sobre factores ambientales, geográficos, biológicos o demográficos según comentaban los propios ingenieros, ya sean en aplicaciones civiles o militares. A finales de este verano, el prototipo será enviado al Centro de Investigación de Vuelo de la NASA en San Luis para realizar las últimas pruebas de pilotaje antes de finalizar el proyecto. El primer vuelo oficial tendrá lugar probablemente a principios del próximo año y durará entre cuatro y ocho horas, evaluando de ésta manera las capacidades en la práctica de la aeronave.
En términos de potencia, el Phantom Eye es muy ligero en peso, lo que hace posible que cuente con dos motores cuatro cilindros de 2,3 litros que ofrecen una fuerza de 150 caballos cada uno, es decir, no mucho más que la media de un coche. Tal vez por ésta circunstancia, su diseño ha sido realizado en estrecha colaboración con los ingenieros de la empresa Ford.
El avión posee una envergadura de 46 metros y puede transportar una carga útil de hasta 250 kilos, obteniendo una velocidad de crucero de 150 nudos, es decir, unos 278 kilómetros por hora. Phantom Eye evolucionó a partir del modelo de avión Cóndor de Boeing, también impulsado por un motor de pistón, que hizo historia al llegar a una altura superior a los 20.430 metros.
En 2008, la compañía ya desarrolló con éxito otro modelo de avión tripulado basado en pilas de combustible de hidrógeno. Sin embargo este nuevo prototipo, viene a reforzar el empeño de Boeing en la fabricación de aviones propulsados con hidrógeno, apostando abiertamente por esta nueva clase de combustibles en la aviación.
Texto: Eugenio Rodríguez / Publicado en www.fierasdelaingenieria.com / Foto: Boeing