El Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA) exige a todos los órganos competentes de la Administración y a las aerolíneas, que pongan todos los medios disponibles para reforzar la seguridad de las tripulaciones a las que programen como destino un país en conflicto o que pueda suponer un riesgo para su seguridad.
El pasado 9 de agosto, dos pilotos de la compañía Turkish Airlines fueron secuestrados en Beirut (Líbano) después de realizar su vuelo, mientras viajaban en autobús desde el aeropuerto de Beirut hasta el hotel donde iban a realizar la pernocta. El secuestro fue realizado por un grupo terrorista que exige para su liberación la puesta en libertad de 12 rehenes libaneses secuestrados hace un año a manos de la insurgencia siria, a la que apoya el Gobierno de Ankara en su guerra contra el régimen de El Asad.
El Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas, que ha seguido este incidente desde el principio con especial preocupación, exige la inmediata liberación de los pilotos de Turkish Airlines, dos trabajadores ajenos a cualquier tipo de conflicto entre países. Los ataques a la aviación civil constituyen un serio peligro para la vida de tripulantes y pasajeros. Los Estados y las aerolíneas deben considerar prioritaria la prevención de dichos ataques, y destinar todos los recursos necesarios para asegurar la seguridad de sus trabajadores, especialmente durante las pernoctas.
SEPLA está trabajando en métodos y procedimientos para que se publiquen unos estándares claros a nivel internacional que aborden cuáles son las medidas de seguridad adecuadas que deben cumplir las aerolíneas para garantizar la seguridad de sus tripulaciones cuando viajen a determinados destinos. Actualmente, todas las compañías aéreas deben tener un programa de seguridad (security) que contemple, entre otras cosas, la seguridad en los traslados y durante la estancia de las tripulaciones fuera de sus bases.
SEPLA insta a las aerolíneas a realizar un análisis de riesgo específico para cada destino al que se vuele, no sólo a los de pernocta ya que un problema inesperado podría provocar que una tripulación tuviera que pasar uno o varios días en una escala. Asimismo, insta a las aerolíneas a aportar toda la información que el piloto pueda requerir sobre el destino que se le encomienda, y a que permitan que éste pueda decidir voluntariamente si acepta o no volar a dicho destino.