El próximo 25 de octubre el Parlamento Europeo aprobará, si nada lo impide, la ley definitiva que regulará la actividad, los tiempos de trabajo y los descansos de las tripulaciones aéreas. Un Reglamento que será de directa aplicación en todos los países miembro de la Unión, unificando así las leyes relativas a esta materia, y bajando el listón de la seguridad aérea en muchos casos como el de España.
Esta ley, propuesta por la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), lleva años en proceso de redacción, durante los cuales ha sido sometida al examen de médicos y científicos llamados por la propia EASA. En muchos de los puntos de la ley, el veredicto de los científicos ha sido negativo, subrayando su peligrosidad al no evitar, según la opinión de los científicos, que las tripulaciones puedan ser víctimas de la fatiga.
A pesar de ello, la Agencia Europea ha ignorado deliberadamente las recomendaciones de los científicos, y ha publicado una propuesta que se ajusta casi exclusivamente a los intereses comerciales de las aerolíneas, que han ejercido un potente lobby de presión para imponer sus criterios.
Entre otras, este nuevo Reglamento permitirá algunas prácticas potencialmente peligrosas,con evidentes reducciones de los márgenes de seguridad, como las siguientes:
• Jornadas de actividad laboral extremadamente largas –hasta 22 horas- en el momento del aterrizaje, tras largos periodos de guardia seguidos de actividades de vuelo;
• Vuelos nocturnos de hasta 12 horas ininterrumpidas, cuando los estudios científicos los limitan a 10
• Programaciones de vuelo que alteran los patrones de sueño y el reloj biológico de las tripulaciones aéreas
• Guardias indefinidas durante muchos días, que impiden a las tripulaciones planificar sus horas de sueño
España puede impedirlo
SEPLA ha remitido sendas cartas a la Ministra de Fomento, Ana Pastor, y a los europarlamentarios españoles que votarán la aprobación de la ley el próximo 25 de octubre. En ellas, ha solicitado que ejerzan el poder que les sea posible para que la ley no se apruebe en sus actuales términos y se modifiquen los puntos necesarios para que se adapte a los criterios científicos ya existentes.
La fatiga de las tripulaciones es peligrosa para la seguridad de los pasajeros de avión. Se trata de un factor presente en un 20 por ciento de los accidentes aéreos, y sus efectos son comparables a los producidos por la intoxicación etílica: se puede llegar a perder el 80% de la capacidad de atención y el 70% de la capacidad de respuesta. La fatiga puede desembocar en errores de juicio, apatía, pérdida de la capacidad de gestionar situaciones complejas, errores al realizar tareas simples y familiares, estrechamiento del campo visual y pérdida de la conciencia situacional.