Después del accidente de Germanwings que costara la vida a 150 personas, y que fue, al parecer, provocado a propósito por el copiloto, los médicos que se encargan de los chequeos de salud de los pilotos pidieron que se realicen a éstos pruebas más exhaustivas y más frecuentes.
«Exigimos que se hagan análisis de laboratorio más frecuentes y más profundos a los pilotos», declaró el presidente de la asociación de médicos de aviación, Hans-Werner Teichmüller, al diario Die Welt el pasado lunes.
El médico pidió, en concreto, que se lleven a cabo exámenes para detectar el consumo de psicofármacos y drogas, un pedido que, según el diario, va más allá de los controles realizados actualmente.
La revisión de los pilotos quedó en el punto de mira después de que Andreas Lubitz, copiloto del vuelo de Germanwings, fuese acusado de haber estrellado el avión con 150 personas a bordo el 24 de marzo tras encerrarse en la cabina dejando fuera al piloto.
El alemán de 27 años voló pese a que estaba en tratamiento y de baja médica el día del accidente y a que tenía antecedentes de depresión grave, como había informado en 2009 a la escuela de pilotos de Lufthansa, matriz de Germanwings.
A medida que se fueron conociendo los detalles de la catástrofe aumentó también el debate sobre una posible flexibilización del secreto médico como forma de evitar casos como el de Lubitz, pero los médicos alemanes insistieron en rechazar esa vía.
«La reflexión crítica siempre es positiva», explicó Frank Montgomery, presidente de la cámara alemana de médicos, al diario Rheinische Post de hoy. «Pero el problema que tenemos es más bien un trato demasiado laxo con el secreto médico».
Según el médico, los hospitales suelen por ejemplo difundir las actas de una persona tras su muerte, pese a que está prohibido. Otras fuentes del sector habían ya insistido en que rebajar el secreto médico podría agravar la dificultad para detectar casos como los del copiloto de Germanwings porque algunos pacientes evitarían tratarse si temen que se revelen sus problemas.