Ryanair anunció recortes del 20% de su flota con base en Dublín este invierno y posiblemente el despido de 100 pilotos y 200 tripulantes de cabina en las próximas semanas. Esta decisión se produce inmediatamente después de una serie de huelgas de un día de duración por parte de los pilotos con base en Irlanda y de nuevas huelgas en toda Europa.
Esto alimentará aún más la frustración entre su personal y puede exponer a los pasajeros de Ryanair a una incertidumbre cada vez mayor sobre sus planes de viaje durante el verano. En lugar de responder de forma positiva a las peticiones de su tripulación demandando unas condiciones de trabajo justas (este conflicto no tiene que ver con los salarios), Ryanair ha decidido tomar una decisión que tiene un potencial significativo de perjudicar aún más a sus clientes.
«Esta desafortunada y totalmente evitable decisión de Ryanair puede interpretarse, en el mejor de los casos, como una respuesta muy inmadura a una huelga legítima. En el peor de los casos, como un audaz intento de represión a los sindicatos y un esfuerzo porejercer la máxima presión sobre los pilotos para que pongan fin a la huelga«, ha declarado Dirk Polloczek, Presidente del Europena Cockpit Associacition (CA). “Pero sobre todo: esta decisión sólo puede ser contraproducente».
Los pilotos de Ryanair en Dublín y en toda Europa están unidos y decididos a obtener contratos de trabajo directos regidos por la legislación local del país en el que tienen su base, no por la legislación irlandesa. Se esfuerzan por lograr un Acuerdo Marco de Antigüedad justo y transparente, algo que es un estándar común en toda la industria. ¿Por qué no en Ryanair? Para Ryanair sería totalmente factible abordar estos problemas de manera constructiva. ¿Por qué elegir la confrontación y poner en riesgo los planes de viaje de miles de pasajeros? ¿No fueron suficientes los más de 18.000 vuelos cancelados y más de 700.000 pasajeros afectados, el pasado otoño, cuando Ryanair metió la pata en las programaciones de los pilotos?»
«El mito de una Ryanair respetuosa con los sindicatos se está desmoronando, ante los ojos de todo el mundo», afirma Philip von Schöppenthau, Secretario General de ECA. «Es más que obvio que la gestión actual de la aerolínea no está abierta a ningún diálogo social genuino ni a negociaciones significativas. Peor aún, está volviendo a sus tácticas antisindicales anteriores, al tiempo que afirma públicamente que se compromete constructivamente con sus sindicatos. Nada más lejos de la realidad sobre el terreno, donde las negociaciones en la mayoría de los países están bloqueadas o avanzan a paso de tortuga. Fundamentalmente, esta provocación y este comportamiento innecesario no harán sino animar a un número aún mayor de pilotos a abandonar Ryanair para dirigirse a compañías aéreas competidoras. Esta decisión corre el riesgo de entrar en la historia de la aviación como un triste episodio suicida del departamento de recursos humanos».