El fabricante de aviones Boeing sopesa la posibilidad de reducir un 10% la plantilla de personal deicado a los aviones civiles ante la intensidad de la crisis sanitaria derivada del Covid-19 y los reveses del 737 MAX.
Este plan austeridad afectaría a los trabajadores de producción de aviones de largo recorrido, los 787 y 777 y el de pasillo único 737 MAX. En total podrían verse afectados 7.000 trabajadores de los más de 160,000 empleados de Boeing en todo el mundo, de los que 70.000 están en el estado de Washington, donde se ensamblan la mayoría de sus aviones civiles.
Consciente de la protesta política que podrían causar estos despidos porque se producen en un momento en que Boeing está pidiendo 60 mil millones dólares en dinero público para sí mismo y sus proveedores, David Calhoun, el director general, estaría estudiando ejectuar los despidos antes de comenzar negociaciones con el gobierno federal, según informó la Agencia France Press.
El gobierno federal condiciona su ayuda al compromiso de las empresas de no despedir trabajadores una vez que hayan recibido el dinero de los contribuyentes.
«Estamos ofreciendo un programa de despido voluntario para permitir que los empleados estadounidenses (…) que quieran dejar la empresa salgan con remuneraciones en forma de prestaciones sociales», dijo un portavoz de Boeing a AFP.
Esta crisis ha llevado a las aerolíneas a cancelar pedidos de nuevos aviones y a otras a posponer varios años las entregas de aviones que han adquirido.
La compañía de alquiler de aviones Avalon canceló recientemente un pedido de 75 Boeing 737 MAX, al igual que el grupo chino China Development Bank, que ya no quiere 29 Boeing 737 MAX.
Boeing no sabe qué pasará con los pedidos realizados por Norwegian Air para 92 aviones 737 MAX y 5 aviones de largo alcance 787 después de que la compañía quebró cuatro filiales europeas.
«No hay duda de que la aviación civil tendrá otra cara cuando nos recuperemos de la pandemia. Todavía es muy temprano para decir cuál será esta cara, especialmente en términos de la flota de clientes», dijo Boeing por correo electrónico a la AFP.
La crisis de salud ya ha causado daños a Boeing: el gigante de Seattle tuvo que cerrar temporalmente sus fábricas en los Estados Unidos y acaba de reabrirlas esta semana, pero la producción se reanudará gradualmente.
El valor de la compañía se ha deteriorado. Boeing ha perdido casi 108 mil millones de dólares en capitalización de mercado desde enero. Adem´ás, el fabricante sigue atrapado en las dificultades del 737 MAX, que no puede volar desde hace más de un año después de dos accidentes que mataron a 346 personas.
Las incertidumbres rodean el calendario para su regreso al servicio. Fuentes cercanas al caso le dijeron a AFP a mediados de abril que el vuelo de prueba del 737 MAX modificado, necesario para la luz verde de los reguladores, que debía realizarse en abril, se pospuso a mayo.