El sindicato minoritario Asociación Profesional de Controladores Aéreos de España (APCAE), ha dado a conocer un comunicado en el que critica la actuación de AENA y Fomento con los controladores aéreos. APCE critica que desde 2006 no se haya seleccionado y formado a nuevos controladores, porque supuestamente le sale más a cuenta pagar horas extras. El ministro de Fomento alega que son las horas extraordinarias y su elevada retribución las que han disparado los costes de navegación aérea. Este es el texto del comunicado:
De un tiempo a esta parte, los controladores aéreos nos hemos convertido gracias al ministro Fomento, D. José Blanco, en el enemigo público número uno. Prácticamente nos ha acusado de ser la causa de la penuria por la que atraviesan muchos ciudadanos, de la crisis del transporte aéreo y de los males financieros de Aena; la misma que está construyendo sin justificación aparente “los mejores aeropuertos del mundo”, incluso allí donde no parecen hacer falta a juzgar por su posterior actividad, la misma que utiliza intermediarios cuya intervención encarece el equipamiento que utilizamos y la misma que subcontrata servicios que podrían ser realizados por sus propios profesionales.
La incapacidad de los directivos de Aena para llegar a un acuerdo con nuestros representantes sindicales, la llevó a ceder de inmediato al ministro de Fomento -desconocemos a iniciativa de quién y con qué objetivo real- el liderazgo y la estrategia negociadora del nuevo convenio colectivo, un instrumento legal cuya función él parece ignorar al no haber sido nunca un asalariado.
Pero éste, lejos de intentar desbloquear ese desencuentro a puerta cerrada y en la intimidad de la mesa negociadora, sorprendió a propios -quizás- y extraños –seguro- con unas declaraciones difamantes y empleando ese habitual estilo que tan buenos resultados le han reportado en el pasado para ponernos en la diana de muchos ciudadanos y en peligro nuestra integridad física y la de nuestras familias.
En sus reiterativas y polémicas comparecencias ante los medios, el señor ministro se permite el lujo de calificarnos de privilegiados y vagos. Y sin rubor, compara nuestra nómina con la de otros profesionales de áreas totalmente dispares y hasta con la suya, a la que olvida sumar la de la caterva de asesores que necesita dada su preparación así como unas suculentas prebendas de político privilegiado salidas, estas sí, de un erario público que es a duras penas alimentado por los ciudadanos a los que permanentemente intenta manipular.
Por otro lado, contrasta este circo mediático con la propuesta de Aena de que el nuevo convenio colectivo recoja la realización de horas extraordinarias de forma obligatoria para suplir la carencia de controladores, extremo éste que a la luz del conflicto suscitado ha sido recibido con notable desagrado por todos nosotros, especialmente por quienes no vienen realizándolas, y contradiciéndose al convertir el problema en su solución.
También llama la atención, que Aena nos haya pedido en el pasado ayuda a los controladores aéreos para que pudieran inaugurarse en la ajustada fecha comprometida por el ministro de turno, generalmente por la cercanía de procesos electorales, infraestructuras muy caras y reestructuraciones del espacio aéreo diseñadas a toda prisa. Sin escatimar en el coste ni preocuparse de si se sobrepasaba el máximo legal permitido y después de felicitarnos por el esfuerzo realizado, ahora nos echa públicamente en cara que nuestro sueldo, que ha sido libremente acordado con la representación sindical, es demasiado alto comparado con el de “los países de nuestro entorno”, obviando las condiciones laborales de sus controladores aéreos y basándose en incoherentes estadísticas.
Pero Aena no necesitaba trasladar al ministro de Fomento la batuta de la negociación. Simplemente, debía convocar nuevas promociones de controladores y esto no ha sucedido desde 2006. Desde entonces, se han inaugurado importantes infraestructuras, reorganizado parte del espacio aéreo español, abierto nuevos sectores de control y aumentado en consecuencia la necesidad de personal. Y si Aena no ha contratado a los controladores que sabía que eran necesarios para cubrir jubilaciones, prejubilaciones, fallecimientos prematuros y necesidades sobrevenidas por las causas expuestas, ha sido porque en realidad le salía más barato abonar horas extraordinarias que seleccionar, formar, contratar y pagar el sueldo a nuevos controladores.
De ese modo, podía reducir sus gastos fijos mientras llegaba el momento de plantear drásticos recortes con ocasión de la negociación de un nuevo convenio colectivo, que lleva retrasándose intencionada e injustificadamente desde hace más de un lustro.
También ha aprovechado el señor ministro la ocasión para, junto con Aena, lanzar a bombo y platillo el proyecto de sustituir en varios aeropuertos –entre ellos alguno recientemente inaugurado- el servicio de control de tráfico aéreo por un servicio de información de vuelo de aeródromo o AFIS. Pero lo que no se dice, es que su implantación conllevará con toda seguridad un aumento de la carga de trabajo de los controladores aéreos de dependencias colaterales a esos aeropuertos, cuyas plantillas deberán ser reforzadas so pena de tener que establecer regulaciones de tráfico que generarán importantes demoras en el sistema de transporte aéreo, y que con el tiempo muchos vuelos comerciales dejarán de operar en ellos. Lo que llevará con total seguridad a una considerable merma en la actividad económica de su zona geográfica de influencia y a la constatación en muchos casos de una inversión fallida justificada más por razones políticas que por el manoseado “interés general”.
Los próximos meses van a ser duros para todos porque esto no ha hecho más que empezar. Sin un nuevo convenio colectivo y sin horas extraordinarias, cuando llegue Semana Santa la falta de los refuerzos habituales sacados del tiempo libre y de la dedicación a la familia nos llevará a los controladores aéreos a tener que soportar de nuevo el peso de la sospecha de otra huelga encubierta. Pero no será así, como no lo ha sido anteriormente.
Cuando dentro de un tiempo se desvele, que a pesar del aumento de productividad seguirá siendo inevitable la contratación de más controladores aéreos, y que la implantación del Servicio de información de vuelo de aeródromo AFIS no permite reducir las tasas de forma significativa, la sociedad se dará cuenta, quizás demasiado tarde, que ha sido engañada. Y aunque es muy posible que nuestro sueldo medio se vea reducido, no es menos cierto que por lo expuesto anteriormente la masa salarial del colectivo permanecerá prácticamente invariable. Y las tasas aéreas también.
Para concluir, la Asociación Profesional de Controladores Aéreos de España (APCAE) desea reiterar a los medios de comunicación y a la sociedad en general, que si en los próximos meses tiene lugar una situación similar a la vivida durante el pasado periodo navideño, no será porque estemos practicando medida de presión laboral alguna, sino por la incapacidad del señor ministro de Fomento y de los directivos de Aena para afrontar el proceso negociador adecuadamente. Entonces, no habrá más remedio que mirar hacia la ventana del despacho de D. José Blanco y pedir a gritos su dimisión o exigir su cese.
Y mientras eso esté sucediendo, los controladores aéreos españoles estaremos ocupados proporcionando seguridad, orden y rapidez al transporte aéreo, facilitando el viaje en avión a millones de pasajeros y contribuyendo de forma decisiva al crecimiento económico de nuestro país.
Edición: José Fernández / Foto: AENA
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