Setenta personas murieron ayer tarde y 35 sobrevivieron tras la caída de un avión Boeing 727 de la compañía IranAir en el noroeste de Irán. El avión, que llevaba unas 105 personas, se estrelló y se rompió en varios pedazos cuando intentaba un aterrizaje de emergencia con niebla en la ciudad de Orumiyeh, cercana a la frontera con Turquía. Una fuerte nevada complicaba las tareas de socorro. Según las primeras informaciones aportadas por la agencia de noticias semi-estatal Fars, al menos 35 personas habrían sobrevivido -otras informaciones hablan de 50 supervivientes-, a la tragedia tras haber sido rescatadas de entre el fuselaje y la nieve. Todas ellas han sido trasladadas a diferentes hospitales de la zona, mientras que los servicios de rescate y socorro siguen trabajando en el lugar del siniestro pese a que ha caído la noche, según explicó la prensa oficial.
