Poco más de una semana después de que el A320 de Germanwings se estrellara contra una escarpada ladera de los Alpes, la prensa española, alemana y francesa sigue dedicando un amplio espacio a todo lo que rodea a este suceso, prueba del interés que suscita el tema entre los usuarios.
Aunque muchos indicios apuntan a ello, aún no se ha confirmado oficialmente que el copiloto Andreas Lubitz estrellara de forma deliberada el avión. La segunda caja negra, que fue encontrada ayer, según informó la Fiscalía de Marsella, ayudará a verificar esta hipótesis. Por lo demás, ya no hay cuerpos visibles en el lugar de la tragedia, ahora se recuperan los objetos personales que quedaron esparcidos.
La Fiscalía de Düsseldorf confirmó que Andreas Lubitz buscó por Internet información sobre métodos para suicidarse hasta la víspera de la tragedia, así como sobre el funcionamiento de las puertas de las cabinas de vuelo. Así se desprende de los contenidos encontrados en el ordenador incautado en unos de los domicilios de Andreas Lubitz.
Especialmente entre el 16 y el 23 de marzo, Lubitz buscó «métodos y maneras» de suicidarse. Al menos en unos de esos días estuvo mirando también «durante varios minutos» información sobre las puertas de la cabina de vuelo y sus medidas de seguridad.
La figura del copiloto sigue siendo objeto de interés y debate en los medios. El tabloide alemán Bild aseguró ayer, basándose en fuentes cercanas a la investigación, que Lubitz mintió a los médicos. Según el diario, el copiloto informó sobre cuál era su empleo, pero omitió deliberadamente el hecho de que seguía trabajando. Además, Bild dice que Lubitz había buscado atención médica para tratar un problema en el ojo, causado supuestamente por un accidente de coche en el que se habría visto envuelto hace unos meses. Al parecer, pudo haber resultado herido cuando se abrió su airbag y desde entonces se quejó de tener problemas de visión.
Lufthansa ha admitido que el propio copiloto informó por correo electrónico de un «severo episodio depresivo» durante su etapa de formación en 2009. Sin embargo, Vanessa Torres, portavoz de Germanwings, djo que en la empresa «no lo sabíamos». Cuando se pidió a Torres que aclarara esa contradicción, declinó responder para no entorpecer la investigación en curso.
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