Un grupo yihadista se atribuye el derribo del A321 ruso y siembra dudas sobre las causas del siniestro

Restos del avión siniestrado / Vídeo TVE
Restos del avión siniestrado / Vídeo TVE

Un grupo yihadista se ha atribuido el derribo del Airbus A321 ruso que ayer se estrelló en la península del Sinaí, en Egipto, cuando volaba desde Sharm el Sheikh a San Petersburgo, falleciendo los 224 ocupantes del aparato. El avión pertenecía a la aerolínea Kogalymavia, también conocida como Metrojet.

La recuperación de los cuerpos se está llevando a cabo y la comisión que se ha creado para investigar el accidente ya ha comenzado a trabajar. Las cajas negras del avión ya han sido encontradas. El avión volaba a unos 9.000 metros cuando se perdió el contacto por radar. Hacía 23 minutos que había despegado.

Según las informaciones que se divulgan, las autoridades egipcias y rusas consideran que es improbable que el grupo terrorista Los Partisanos de Jerusalén, vinculado al Estado Islámico, haya destruido con un misil el avión, porque se estima que no posee el armamento para derribarlo (solo dispondría de misiles que alcanzan tres kilómetros de altura). Pero existe la posibilidad de que alguien hubiese introducido una bomba en el avión.

El grupo que ha reivindicado la destrucción del avión afirma que es una represalia por el reciente apoyo que presta Rusia al pesidente de Siria Bachar el Asad, en su lucha contra el Estado Islámico y las milicias opositoras.

Restos del avión siniestrado / Vídeo TVE
Restos del avión siniestrado / Vídeo TVE

El País ha publicado que «los restos quedaron diseminados en un radio de cinco kilómetros», mientras que Le Monde indica que se encuentran «en una zona de aproximadamente ocho kilómetros», en el epicentro del territorio en el que se mueven los terroristas. Conviene recordar que la península del Sinaí es prácticamente un desierto con pocas carreteras y zonas montañosas, en el que solo viven unas 70.000 personas.

Sorprende que si el avión perdió altura de forma súbita por un problema técnico los restos del aparato estén en una amplia superficie. Además, se ha desmentido que los tripulantes hubiesen comunicado que tenían algún problema técnico o de mal funcionamiento de la comunicación por radio, lo cual deja en entredicho otro dato divulgado después del accidente: que los pilotos se habían quejado del mal funcionamiento de uno de los motores del avión días antes del accidente.

El diario francés antes citado informa que después del siniestro se tomaron muestran del carburante que llevaba el avión y que se ha interrogado a los operarios de tierra que participaron en la preparación del vuelo.

Habrá que esperar, una vez mas, a que las cajas negras resuelvan las dudas que, en este caso, los terroristas han sembrado sobre las causas del siniestro.

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