Los alumnos afectados de Top Fly reclaman 4 millones de euros a los dueños de la escuela de pilotos

Asamblea de alumnos y familiares afectados por el cierre de Top Fly, a principios de mayo
El proceso judicial iniciado por los alumnos afectados por el cierre de la escuela de pilotos Top Fly, cuyas instalaciones están en el aeropuerto de Sabadell, sigue avanzando y ya se encuentra a punto de acabar la fase previa antes del juicio. Mañana martes 29 de noviembre se celebra en el Juzgado de Primera Instancia número 31 de Barcelona la audiencia previa del proceso, el trámite judicial donde se debatirá el caso ante el juez. En la vista, las partes solicitarán las pruebas que se tendrán que practicar, y se dictará cuál es el día del juicio.

Teniendo en cuenta la elevada cantidad que se reclama y visto el número de afectados, la Fiscalía también se ha personado en el caso, ante la posibilidad que se detecten posibles delitos y se tenga que abrir una causa separada por la vía penal contra los administradores y los responsables de la escuela.

Los alumnos interpusieron la demanda contra Top Fly después de que, el pasado mes de junio, la escuela cerrara las puertas alegando problemas económicos, a pesar de que la mayor parte de los alumnos había pagado por avanzado el curso de manera íntegra. La consecuencia es que los afectados han pagado por unos servicios que no han recibido. Hay alumnos que han sufrido
pérdidas superiores a los 80.000 euros. Los denunciantes, representados por un bufete de abogados, reclaman la restitución del que habían pagado,una cifra superior a los 4 millones de euros si se tienen en cuenta los 89 afectados.

El caso afecta los alumnos pero también a sus familias, porque en la mayoría de los casos el dinero se consiguieron gracias a los ahorros de muchos años de trabajo, o bien mediante créditos y avales hipotecarios, las cuotas de los cuales se tienen que seguir pagando a las entidades bancarias.

Top Fly era una escuela de pilotos de referencia en Cataluña y a nivel internacional, con más de 20 años de trayectoria, y contaba con el aval y el reconocimiento del Ministerio de Fomento y la Agencia Española de Seguridad Aérea (*AESA). Ofrecía los cursos oficiales para la obtención de la licencia de piloto comercial de avión y de helicóptero, que costaban entre 45.000 y 90.000 euros según el caso, y tenían una duración aproximada de dos años.

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