China ha prohibido a sus compañías aéreas que paguen la tasa del carbono (CO2) por las emisiones contaminantes impuesta por la Unión Europea desde el 1 de enero y que han rechazado una veintena de países, entre ellos Estados Unidos, Rusia e India.
La administración de aviación civil de China ha emitido una direciva mediante la cual prohíbe a las compañías aéreas chinas participar en el sistema europeo ETS (régimen de comercio de derechos de emisión) de tasas a las emisiones de carbono «sin autorización de las autoridades gubernamentales». Y, además, se les recuerda que no pueden aumentar sus tarifas para compensar el costo de la medida europea.
El embajador de la UE en China, Markus Ederer, defendió la tasa pero ayer manifestó que podría haber negociaciones. «Hay varias vías posibles, bilaterales, multilaterales o quizás jurídicas», declaró en una rueda de prensa, dando a entender que una solución podría consistir en pagar una tasa carbono en China. «Estamos abiertos a discusiones sobre medidas equivalentes que exceptuarían a las compañías de los países concernidos» del pago de la tasa carbono europea, agregó.
Según China, la legislación europea costará 800 millones de yuanes (97 millones de euros) en 2012 a sus compañías aéreas y esta cifra será multiplicada por cuatro en 2020. La Comisión Europea estimó que el sobrecosto para un pasaje de un vuelo de larga distancia sería de entre 4 y 24 euros.
Con este impuesto, introducido el 1 de enero, la UE obliga a todas las aerolíneas, sea cual sea su nacionalidad, a comprar el equivalente al 15% de sus emisiones de CO2, o sea, 32 millones de toneladas, para luchar contra el calentamiento global.
La reacción de Estados Unidos
La Cámara de Representantes de Estados Unidos fue más lejos aún y adoptó un proyecto de ley que prohíbe a las compañías aéreas estadounidenses pagar esa tasa. La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, había pedido incluso a la UE que suspendiera la aplicación del impuesto.
Las compañías estadounidenses denuncian que la medida es discriminatoria y presentaron una demanda en el Reino Unido, pero sus argumentos fueron rechazados por la Corte Europea de Justicia. A comienzos de enero, China indicó que no cooperaría con la UE sobre este impuesto que acababa de entrar en vigor e insinuó represalias.
Desde finales del año pasado, la Asociación de Transporte Aéreo de China (CATA), que engloba a las principales aerolíneas chinas, había indicado que «las compañías chinas no participarán en el ETS, no proporcionarán un plan de vigilancia de carbono a los países de la UE y no negociarán políticas preferenciales con la Unión Europea».