KLM, filial de Air France, realizó el pasado lunes día 23 un vuelo de prueba con un avión de pasajeros, en el que uno de los motores consumió biocombustible. El avión empleado fue un Boeing 747, que voló durante unos 90 minutos por el espacio aéreo de Holanda. Uno de su reactores estuvo alimentado al 50% por bioqueroseno, mientras que los restantes consumieron combustible convencional.