El Aeropuerto de Sevilla cerró 2009 con un importante descenso en su consumo energético. Atendiendo a la apuesta de Aena por la protección del medio ambiente y la gestión eficiente de los recursos, estas instalaciones redujeron un 6,30% la cantidad de electricidad que requiere su funcionamiento habitual. Ese recorte, que equivale a 1.092.004 kwh (kilovatios hora), permitió que dejaran de emitirse a la atmósfera 486 toneladas de CO2.