La escuela de pilotos Top Fly, que tenía susede en el aeropuerto de Sabdel y que cerró sus puertas el junio del 2011, siguió matriculando alumnos hasta pocos meses antes de su quiebra. Lo hizo a pesar de tener pérdidas millonarias y una descapitalización de 3,6 millones de euros practicada un año antes. Así lo han asegurado varios testigos durante el juicio civil que comenzó ayer miércoles por la demanda de 89 alumnos. La vsita oral ha quedado hoy vista para sentencia. Los perjudicados reclaman los más de cuatro millones de euros que pagaron y que no los han recuperado a pesar de no recibir las clases teóricas y prácticas que los correspondían.